Estados Unidos tiene el mayor número de casos en el mundo con 1.94 millones y el mayor número de muertes en 110,514. El número de casos COVID-19 siguieron aumentando esta semana a medida que se abre la economía en varios estados, y al mismo tiempo que las protestas contra el racismo se extienden ya por 12 días consecutivos por la mayoría de las ciudades de los EE. UU.
La muerte de George Floyd a manos de un policía y que fue recogida en video, ha sido la chispa para estas demostraciones que protestan la violencia policial frente a los estadounidenses de raza negra y las minorías en general. El problema de la violencia policial y racial no es nuevo en este país pero llega en un momento en que las estadísticas demográficas del coronavirus señalan a las minorías como las principales víctimas de la pandemia, y han puesto en evidencia la vulnerabilidad de esta parte de la población estadounidense y la desigualdad inherente. Estas protestas añaden más preocupación por la posibilidad de la propagación del virus durante las protestas masivas, ya que no se cumple con las normas de distanciamiento social y dificultan el rastreo por contacto. Además los expertos indican que el uso de gases lacrimógenos y spray de pimienta para controlar las multitudes es otro factor de riesgo, ya que causa tos y dificultad respiratoria, lo que podría propagar aún más las gotas que contienen COVID-19. Un aumento de contagios podría suponer nuevos cierres y el retraso en la necesaria recuperación económica.
El numero de fallecimientos en los EEUU se ha ido reduciendo en las últimas semanas, pero el número de nuevos contagios dentro de los Estados Unidos sigue aumentando, sobre todo a medida que los estados abren sus economías y que aumentan el testing entre la población. Las metrópolis más pobladas son las que han sumado el mayor número de casos, encabezados por Nueva York, y donde según el New York Times, los datos indican que uno de cada 400 residentes de la ciudad ha fallecido. Es Nueva York junto con Nueva Jersey, los dos estados que suman más de medio millón de personas infectadas. Otras áreas, como el condado de Cook, Illinois, que incluye Chicago o el condado de Los Ángeles, California, con al menos 57,000 personas han tenido el virus. Pero a diferencia de los primeros días de la pandemia, no es tan simple decir que las grandes ciudades han sido las más afectadas. Los mismos datos del New York Times indican que, en términos per cápita, los lugares con más casos han sido pequeñas ciudades y comunidades rurales en el Medio Oeste y el Sur. Destacan además los clústeres como prisiones, residencias de ancianos o plantas de producción, por ejemplo en un condado en Minnesota cientos de trabajadores de una planta de carne dieron positivo, así como familiares y contactos cercanos de esos trabajadores, con el triste resultado de que ese pequeño condado tiene una de las tasas de infección más altas en el mundo.
Por otra parte, la ciudad de Nueva York, el epicentro del brote estadounidense, sí que ha visto reducido drásticamente el número de hospitalizaciones en el último mes e inicia este lunes la apertura de su economía. En esta primera fase se abren la construcción y las fábricas, así como los establecimientos minoristas que pueden ofrecer recogida en puerta. La segunda fase de reapertura, está prevista para julio, y permitirá que se abran las terrazas de los restaurantes, así como la apertura de otros establecimientos como salones de belleza y manicura.
La economía estadounidense, al igual que en Europa, ha sido diezmada por los cierres relacionados con la pandemia. En un comunicado de hoy lunes 8 de Junio, la oficina Nacional de Investigaciones Económicas (NEBR) anuncio que los Estados Unidos entró oficialmente en una recesión en febrero de 2020. La economía alcanzó su punto máximo en febrero y hasta que los cierres relacionados con la pandemia pusieron fin a una era de expansión récord, que había durado ya 128 meses. En su comunicado el NEBR indica que la magnitud de la caída sin precedentes de empleo y producción y su alcance en todos los estratos de la actividad económica, la identifican como recesión, aunque no haya datos de dos trimestres seguidos. Por su parte, el Banco Mundial pronostica que la economía de los Estados Unidos se reduzca en un 6.1 por ciento en 2020. El país parece tener pues aún un largo camino por recorrer hacia la recuperación si observamos el desempleo, y la confianza del consumidor como dos de los signos clave de bienestar económico. La tasa de desempleo ha aumentado al nivel más alto registrado desde la gran recesión de los años 30, pasando de una tasa de desempleo del 3,5% antes de la crisis hasta casi un 15% en Abril (en la crisis de 2008 llego hasta un 9.8% acumulado). Por otra parte, la confianza del consumidor, otro de los indicadores junto con el desempleo de la recuperación, sufrió una caída record y, las encuestas indican que hasta que los estadounidenses no tengan más seguridad sobre la seguridad sanitaria y puedan regresar a sus trabajos de una manera más normalizada, no recuperarán la confianza y empezaran a gastar normalmente, por lo que datos negativos sobre fallecimientos o un resurgimiento de los contagios en niveles altos aumentarían la percepción de inseguridad y retrasaría la ansiada recuperación.
En una nota positiva, el informe sobre el desempleo de Mayo que se publicó este pasado viernes tuvo un resultado mejor del esperado. El informe publicado el viernes indica que la economía de EE. UU. Sumó 2.5 millones de empleos en Mayo, y la tasa de desempleo cayó a 13.3% de 14.7% frente a los pronósticos que auguraban una tasa de desempleo del 19%. Estos números celebrados por el gobierno están, sin embargo, siendo tratados con reservas por los expertos ya que las solicitudes de beneficios por desempleo siguieron subiendo en Mayo también por lo que posiblemente el mercado laboral podría no estar mejorando al nivel que sugieren estos números. Aun así, la bolsa sí que aceptó los datos publicados como un signo de inicio de la recuperación y se cerró al alza el viernes, con el Dow ganando más del 3% y con Nasdaq alcanzando un máximo intradiario . Por otra parte y aunque el presidente Trump firmó el viernes una legislación que alarga el programa de préstamos PPP, destinado a ayudar a las pequeñas empresas a mantener a los trabajadores en nómina, en estos momentos está pendiente la posibilidad de un paquete adicional de estímulo similar al de Marzo, y cuya negociación entre republicanos y demócratas estaba ya siendo difícil y estos datos de recuperación podría poner en peligro la ratificación de los mismos esperada para Julio. Así pues, mientras que el presidente Trump sostiene que EE. UU. se recuperará a partir de otoño, los expertos indican que la recuperación a niveles de 2019 podría llevar años, aunque sí que esperan que esta recesión aunque profunda sea corta, con la recuperación de la economía a medida que las economías estatales se vuelvan a abrir.
Estados Unidos tiene varios retos en los próximos meses: el control de la crisis sanitaria, la recuperación de la economía y remediar el descontento por la desigualdad económica y social de las minorías que pone de manifiesto el racismo inherente del sistema y que son la base de las protestas de esta última semana. Es interesante ver cómo han sido principalmente las nuevas generaciones (milenials y generation Y) y de todas las razas/etnias las que han salido a manifestarse. Estos retos en un año electoral van marcar la diferencia en la dirección del país.